La herencia es un proceso legal y patrimonial que ocurre tras el fallecimiento de una persona. Se trata del conjunto de bienes, derechos y obligaciones que son transmitidos a los herederos. Sin embargo, una pregunta frecuente que surge en este contexto es: ¿qué sucede con las deudas que deja el fallecido?

  • ¿Las deudas también se heredan?
  • Opciones de los herederos ante una herencia con deudas
    • Aceptar la herencia pura y simplemente
    • Aceptar la herencia a beneficio de inventario
    • Renunciar a la herencia
  • Orden de pago de las deudas en una herencia
  • Plazos y procedimientos legales

¿Las deudas también se heredan?

Sí, las deudas forman parte de la herencia, al igual que los bienes y derechos del fallecido. Sin embargo, la herencia no significa que los herederos tengan que pagar esas deudas con su propio patrimonio. Es importante entender que los herederos no son responsables de cubrir esas deudas con su dinero personal a menos que acepten la herencia sin restricciones.

Cuando se acepta una herencia, los herederos reciben tanto los bienes como las obligaciones del fallecido. Esto implica que las deudas deben liquidarse con los bienes que forman parte de la herencia. Si los bienes son suficientes para cubrir las deudas, estas se saldan y los herederos pueden disponer del remanente. Sin embargo, si las deudas superan el valor de los bienes heredados, los herederos deben considerar otras opciones para evitar asumir cargas financieras inesperadas.

Opciones de los herederos ante una herencia con deudas

Los herederos tienen tres opciones al enfrentarse a una herencia que puede incluir deudas.

Aceptar la herencia pura y simplemente

Si el heredero elige aceptar la herencia de manera simple, está asumiendo tanto los activos como los pasivos del fallecido. Esto significa que, si las deudas superan el valor de los bienes heredados, el heredero deberá responder con su propio patrimonio para saldar las deudas.

Esta opción puede ser arriesgada, especialmente si no se conoce con certeza el estado financiero del fallecido. Si bien en algunos casos puede ser beneficioso aceptar la herencia porque los bienes son suficientes para cubrir las deudas y generar un beneficio para los herederos, en otros puede representar un problema si las obligaciones son mayores y el heredero termina asumiendo más cargas que beneficios.

Aceptar la herencia a beneficio de inventario

Esta es una opción más segura para los herederos, ya que permite separar los bienes heredados del patrimonio personal del heredero. En este caso:

  • Se realiza un inventario detallado de los bienes y deudas del fallecido.

  • Las deudas solo se pagan hasta donde alcance el valor de los bienes heredados, sin afectar el patrimonio personal del heredero.

  • Si las deudas son mayores que los bienes, el heredero no tiene que cubrir la diferencia con su dinero personal, ya que solo se usará lo que haya en la herencia.

Esta modalidad es especialmente recomendable cuando se sospecha que la persona fallecida tenía múltiples deudas o cuando no se tiene certeza sobre su estado financiero. Aceptar a beneficio de inventario requiere realizar un procedimiento legal y seguir ciertos plazos, por lo que es aconsejable contar con asesoramiento especializado para evitar errores en el proceso.

Renunciar a la herencia

Si las deudas superan con creces los bienes dejados por el fallecido, los herederos pueden optar por rechazar la herencia. Esto implica que no recibirán ni los bienes ni las deudas, evitando así cualquier obligación económica.

La renuncia a la herencia es una decisión definitiva y debe hacerse mediante un procedimiento legal ante notario o tribunal, según las leyes del país correspondiente. Una vez realizada la renuncia, el heredero no puede reclamar ningún bien de la herencia en el futuro. Esta opción es recomendable cuando se sabe que el fallecido tenía más deudas que bienes y se quiere evitar complicaciones financieras.

Orden de pago de las deudas en una herencia

Cuando se acepta una herencia con deudas, ya sea pura y simplemente o a beneficio de inventario, el pago de las obligaciones del fallecido sigue un orden de prioridad, normalmente. Generalmente, el orden es el siguiente:

  1. Gastos funerarios y de última enfermedad. Estos gastos suelen tener prioridad, ya que corresponden a necesidades inmediatas tras el fallecimiento.

  2. Deudas garantizadas con hipotecas o préstamos con garantía real. Las deudas hipotecarias o aquellas que tienen garantías reales (como avales) deben ser saldadas con los bienes correspondientes.

  3. Impuestos y deudas con la Administración Pública. En muchos países, las deudas fiscales y tributarias tienen prioridad sobre otras obligaciones.

  4. Deudas con entidades financieras y acreedores privados. Los préstamos personales, tarjetas de crédito y otras deudas con bancos o prestamistas se pagan en último lugar, siempre que queden bienes disponibles.

Si los bienes heredados no son suficientes para pagar todas las deudas, los acreedores pueden no recibir el pago completo de lo adeudado, y la deuda quedaría sin posibilidad de cobro.

Plazos y procedimientos legales

El plazo para aceptar o rechazar una herencia suele estar regulado por la legislación. En muchos casos, se establece un periodo de seis meses a partir del fallecimiento, aunque puede ser prorrogable en algunas circunstancias. Durante este tiempo, los herederos deben analizar el estado de la herencia y decidir la mejor opción para su situación.

Para gestionar la herencia, es recomendable acudir a un abogado especializado que pueda asesorar a los herederos sobre la mejor opción en su caso particular. En algunos casos, también se pueden realizar consultas con entidades financieras o notariales para obtener información sobre las deudas pendientes y los bienes disponibles.

Si quieres más información sobre herencia y deudas, ponte en contacto con nuestros expertos de Ortiz & Niño Asociados y estaremos encantados de ayudarte y resolver todas tus dudas.

 

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